"Permita que eu fale, não as minhas cicatrizes" : dissidentes da dissidência : rotas não binárias para a construção de outros mundos possíveis

Abstract

The present study investigated how gender, sexuality, and race intersect and affect dissident existences, as well as cisgender subjectivities. Oyèrónkẹ́ Oyěwùmí (2021), in her critical work The Invention of Women, discusses the Western essentialist perspective, which imposes gender as a universal category, neglecting alternative dynamics of social organization. In pre-colonial Yoruba society, relationships were based on seniority; however, with colonization, a binary gender structure was established, erasing and marginalizing pre-existing social structures. Through Portuguese colonial domination, this imposition also affected the Indigenous peoples living in Pindorama. The history narrated from our perspectives reveals that the invasion by colonizers imposed a monoculture of affections, customs, and ways of life. Thus, nonconformity or resistance to these impositions turned Indigenous people and enslaved Africans into targets of punishment, torture, and extermination. One of the purposes of this research was to refute the narrative of the "white savior," still used to justify the continuation of the multiple violences committed since colonial domination. In contemporary times, the cycle repeats itself: designed for coercion and social control, the State partially favors specific bodies—cisgender, white, heterosexual, Christian, and neurotypical men. The consolidation and continuity of a system that operates in favor of the ideal of "normality" is one of the colonial legacies that persist in contemporary power structures. Resisting and countering institutional and oppressive conservatism, dissident individuals have been occupying positions in the State, such as Erika Hilton (PSOL) and Thabatta Pimenta (PSOL). By articulating knowledge produced by dissident sentipensadores and emphasizing discussions on gender, sexuality, and race, this study examined social agreements, whether institutional or not, that position dissident existences as abnormal and pathological. Additionally, it analyzed how cisgenderness was introduced, naturalized, and reinforced in institutions, discussing the ways in which cisnormativity affects both binary and non-binary existences. Moreover, it reflected on how the imposition of internal standards within the gender-dissident community impacts non-binary people. This research adopted a qualitative approach, selecting Autoethnography and Life History as methodological frameworks. To explore how cisgenderness affects both those who conform to the norm and those who resist it, I conducted ten semi-structured interviews. The discussions were developed through Narrative Analysis from a critical and intersectional perspective. Based on the experiences narrated in my autoethnography and the dialogues constructed, I sought to provoke questions and reflections on power structures and resistance movements. The findings of this research highlight that cisgenderness operates as a normative regime that, despite appearing neutral, imposes rigid standards and excludes those who do not conform. I identified an ambiguous nature in cisgenderness: while it grants privileges to those who reproduce it, it simultaneously enforces unattainable standards. Although cisgenderness inflicts violence even upon cisgender bodies, it is still widely perceived and reinforced as intrinsic and natural. In this regard, this research critically revisits the colonial imposition of the binary and hierarchical gender system and emphasizes the urgency of problematizing and destabilizing the violences it generates and perpetuates.

RESUMEN El presente estudio investigó cómo el género, la sexualidad y la raza se interseccionan y afectan las existencias disidentes, así como las subjetividades cisgénero. Oyèrónkẹ́ Oyěwùmí (2021), en su obra crítica La invención de las mujeres, discute la perspectiva esencialista occidental, que impone el género como una categoría universal, ignorando dinámicas alternativas de organización social. En la sociedad yoruba precolonial, las relaciones se basaban en la jerarquía de la antigüedad; sin embargo, con la colonización, se instauró una estructura de género binaria que borró y marginó formas de organización ya existentes. A través de la dominación colonial portuguesa, esta imposición también afectó a los pueblos originarios que vivían en Pindorama. La historia narrada desde nuestras perspectivas revela que la invasión de los colonizadores impuso una monocultura de afectos, costumbres y formas de vida. De esta manera, la no conformidad o la resistencia a estas imposiciones transformó a los indígenas y africanos esclavizados en objetivos de castigos, torturas y exterminio. Uno de los propósitos de esta investigación fue refutar la narrativa del "blanco salvador", todavía utilizada para justificar la continuidad de las múltiples violencias cometidas desde la dominación colonial. En la contemporaneidad, el ciclo se repite: diseñado para la coerción y el control social, el Estado favorece parcialmente a cuerpos específicos: hombres cisgénero, blancos, heterosexuales, cristianos y neurotípicos. La consolidación y continuidad de un sistema que opera a favor del ideal de "normalidad" es una de las herencias coloniales que persisten en las estructuras de poder contemporáneas. Resistiendo y enfrentando el conservadurismo institucional y opresor, personas disidentes han ocupado cargos en el Estado, como Erika Hilton (PSOL) y Thabatta Pimenta (PSOL). Articulando saberes producidos por sentipensadores disidentes y con énfasis en las discusiones sobre género, sexualidad y racialidad, este estudio examinó acuerdos sociales, institucionales o no, que posicionan las existencias disidentes como anormales y patológicas. Además, analizó cómo la cisgeneridad fue introducida, naturalizada y reforzada en las instituciones, discutiendo las formas en que la cisnormatividad afecta tanto a las existencias binarias como a las no binarias. Asimismo, reflexionó sobre cómo la imposición de normas internas dentro de la comunidad disidente de género atraviesa a las personas no binarias. De carácter cualitativo, esta investigación adoptó la Autoetnografía y la Historia de Vida como enfoques metodológicos. Para explorar cómo la cisgeneridad afecta tanto a las personas inscritas en la norma como a las disidentes, realicé diez entrevistas semiestructuradas. Las discusiones fueron desarrolladas mediante Análisis Narrativo, desde una perspectiva crítica e interseccional. A partir de las experiencias narradas en mi autoetnografía y de los diálogos construidos, busqué provocar cuestionamientos y reflexiones sobre las estructuras de poder y los movimientos de resistencia. Los hallazgos de esta investigación evidencian que la cisgeneridad opera como un régimen normativo que, a pesar de aparentar neutralidad, impone estándares rígidos y excluye a quienes no los siguen. Identifiqué un carácter ambiguo en la cisgeneridad: mientras ofrece privilegios a quienes la reproducen, al mismo tiempo impone estándares inalcanzables. Aunque la cisgeneridad genera violencias incluso sobre cuerpos cisgénero, sigue siendo ampliamente percibida y reforzada como intrínseca y natural. En este sentido, esta investigación revisita críticamente la imposición colonial del sistema de género binario y jerárquico, y enfatiza la urgencia de problematizar y desestabilizar las violencias que genera y perpetúa.